
La temporada empezó con un gran ritmo de festejos, tras sus cuatro actuaciones en América, llegaba la temporada por la geografía nacional, comenzando su temporada en el coso de Olivenza donde empezó a coger ritmo su temporada preparándose para los cuatro compromisos en la Real Maestranza de Sevilla. Pero fue en su tercera actuación, frente a las reses de Daniel Ruiz, cuando el alicantino se las vio con un gran toro, con una faena que encumbró a José Mari , contando con el cariño de los espectadores sevillanos, un triunfo grande para el diestro que tiro de belleza, empaque y un temple que muy pocos diestros tienen en la actualidad. En su último paseillo en la Feria de Abril le cortó una oreja a un astado de Torrealta.
Su paso por Madrid no tuvo mucha transcendencia en dos tardes de mucha espectación en las que el ganado no ayudó. En la tarde de los de Domecq, Manzanares no se encontró con los astados más óptimos que no acabaron de rompero, pero el matador no se dejo ganar la pelea pero sin lograr el lucimiento necesario. Lo mejor las estocadas con las que rubricó sus actuaciones.
Siguieron pasando las tardes y llegó otra tarde relevante en su temporada, plaza de toros de Barcelona, con las reses de Juan Pedro Domecq y acompañado de Morante de la Puebla y El Juli, cortó una oreja a cada antagonista, tras bellas faenas, con mucho trazo, toreando a la perfección a la verónica y de nuevo culminadas con grandes estocadas. Pero su segunda actuación en Barcelona fue una de sus mejores actuaciones de la temporada. Con las reses de Victoriano del Río, a las que le cortó un total de cuatro orejas, bordando el toreo con temple y una cadencia que emocionó a unos tendidos casi llenos que disfrutaron del toreo de José Mari y El Juli. Mecio los brazos con gusto, en una faena a cámara lenta, con grandes series que pusieron los pelos de punta, con cuajo y una personalidad propia del alicantino, con la espada, un cañón otra vez y dos orejas y vuelta al ruedo al toro de Victoriano.
Se fueron sucediendo los éxitos durante los meses de Agosto, cortando orejas y dejando faenas para el recuerdo en plazas como El Puerto de Santa María, donde estuvo cumbre con un astado de Núñez del Cuvillo, buenos pases de pecho, con

Culminó su temporada con la Feria del Pilar y con los festivales benéficos de Valencia y Chinchón. En Zaragoza alcanzó el culmen, plaza donde llevaba muchos años sin hacer el paseillo, con el sexto toro de la tarde, un toro de Salvador Domecq escaso de fuerzas, al que le cuajó una notable faena, de mucho temple y mimo. Una faena de menos a más, mejor por el pitón diestro pero que no se fue al traste al natural. Lo aguantó Manzanares pero no lo remató como otras ocasiones con la espada, media estocada pero el toro dobló y la presidenta le negó el doble trofeo. Un gran broche a la temporada del alicantino que acaparó los principales premios en la Feria del Pilar.

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