domingo, 30 de enero de 2011

Valero y Ciudad Rodrigo ejes de la información

Valero de la Sierra dio el pistoletazo de salida a la temporada taurina 2011 en Castilla y León con su ya tradicional festejo. En la desapacible tarde de ayer nos dimos cita en la acogedora plaza de piedra tan particular en la localidad serrana. El protagonista de la tarde de ayer fue el frío y el agua, y el diestro salmantino Eduardo Gallo así como el novillero Francisco Javier Sánchez estoquearon dos cuatreños y un novillo de la ganadería propiedad de la casa Matilla, con el hierro de Hermanos García Jiménez.

El matador de toros se enfrentó a dos astados de opuesta condición. El primero de la tarde fue un astado que se dejó, y al que pudo sacarle un par de series de mucha calidad pero que no tuvieron la ligazon suficiente para calar con mayor facilidad en los tendidos. A este astado le cortó una oreja, cosa que no pudo hacer frente al segundo de la tarde, un astado que tras tocar un par de veces la muleta del salmantino al inicio de la faena desarrollo condiciones defensivas así como por la merma de facultades impidió a Eduardo tener una lidia continuada que se vio deslucida por los continuos desarmes que obligaron a Gallo a tomar la espada de verdad, con la que demostró aún falta de rutina que deberá conseguir con el paso de los festejos. Por su parte el novillero Francisco Javier Sánchez estuvo voluntarioso y firme, y tras rematar con certeza al novillo de García Jiménez fue premiado con un apéndice.

A unos 80 kilómetros de Valero, en la localidad de Ciudad Rodrigo se estaba llevando a cabo un más que merecido homenaje, al eterno maletilla, el habitante mas respetado y admirado de la localidad mirobrigense. Diestros de todas las generaciones rendían merecido homenaje a Conrado, con un tentadero público en el que se dieron cita varios centenares de personas. Allí estuvieron matadores como Andrés Sánchez, César Jiménez o Zamorano así como el novillero salmantino Damián Castaño. Pero lo mejor, es que todos los que allí se dieron cita tuvieron la posibilidad de ver al eterno maletilla dar unas series con su muleta, la misma que se ha recorrido la mayor parte de festejos del país saciando su sed de toros. Desde aquí premiar a Conrado con las dos orejas y el rabo simbólicos, como el astado que muestra todo lo que tiene en el ruedo y vuelve a casa a dejar simiente de su bravura pues Conrado nos ha dado a todos una auténtica lección de amor al toro. ¡Gracias maestro!



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