La tarde habia pasado con mayor pena que gracia, tan solo algunos detalles del confirmante Arturo Saldívar que logró cortar una oreja al astado de la ceremonia. Sin mayores noticias del diestro que completaba el cartel, José Luis Angelino que no tuvo el lote propicio para el triunfo y vio como la tarde pasaba por delante de él con un premio menor de una ovación con saludos.
Pero cuando Castella decidió regalar el sobrero, la Virgen de Guadalupe le echó un capote al galo, porque sorteó el mejor toro de la tarde. Un astado que llegó inmaculado a la muleta de Castella gracias a la buena lidia del matador y sobre todo de su cuadrilla. Ya en la muleta el astado metía la cabeza con mucha transmisión y emoción. Con series repletas de nobleza y tandas muy largas a la par que vibrantes. La faena de Castella fue a más, empezando en el centro del platillo con unos cambiados muy justos. A partir de ahí la faena se basó en el temple y unas tremendas series ligadas por ambas manos, desde el inicio los tendidos se metieron en la labor jaleando a toro y torero. Tras un cambio por la espalda pasandose la muleta a la zurda, los espectadores vibraron. Fue en ese momento cuando los espectadores comenzaron a solicitar el indulto del astado y que el Juez no tardó en conceder para jubilo del respetable.
Cuatro toros de Teófilo Gómez (1º, 2º, 3º y 7º como sobrero de regalo) y tres (4º, 5º y 6º) de Los Encinos, flojos en conjunto. Destacó el 7º, de nombre Guadalupano, indultado.
Sebastián Castella, ovación con saludos, silencio y dos orejas y rabo simbólicos.
José Luis Angelino, silencio tras aviso y saludos.
Arturo Saldívar, que confirmaba alternativa, oreja y silencio.
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