viernes, 29 de abril de 2011

Julián López "El Juli", el Príncipe de Sevilla

La ganadería de moda, el torero más en forma del momento y el mejor escenario posible. Todos se conjugaron en uno. Los astados de Garcigrande lidiados por "El Juli" en la Real Maestranza de Sevilla. La suma de estos tres factores tuvo como resultado tres orejas y una Puerta del Príncipe para el diestro de Velilla.

Abría el cartel el diestro de Chiva, Enrique Ponce que se las vio con un castaño que embistió sin transmisión alguna en la muleta del valenciano, que estuvo aseado en su labor y que ante las camaras de televisión se quejó de un defecto en la vista del astado de Garcigrande. Frente al segundo astado de su lote nada de nada, ni el diestro ni el astado quisieron.

En segundo lugar el que a todos los efectos es el mejor torero del momento y que no cabe ninguna duda el gran momento por el que pasa el madrileño. Ya desde el saludo capotero se intuía lo que allí podía pasar, un buen ramillete de verónicas con la pata pa'lante y movimiento de cadera. Pero las tres mejores verónicas llegaron en el quite, después Julián se dirigió a la barrera donde brindó la labor de su primer astado al hijo del tragicamente desaparecido Juan Pedro Domecq. El astado fue brillante, embistiendo con la cara baja que fue administrada por el diestro madrileño para componer una faena muy variada y de altos vuelos. Destacaron una tanda de derechazos, la segunda de la faena, pero sobre todo cinco naturales a camara lenta, muy despacio, cada uno mas despacio que el anterior, obras de arte. Se cerró la faena con una tanda de molinetes y una estocada algo trasera de efecto letal que hizo que los tendidos solicitaran el doble trofeo con fuerza.

Pero hay no quedo la cosa, puesto que al quinto de la tarde le cortó una oreja de mucho mérito. El astado llegó con la fuerza justa y gracias a la buena lidia de la cuadrilla de Julián aguantó la faena del madrileño. Empezó dándole distancias y aprovechando la inercia con la que llegaba el astado y dejó un pasaje que quedará en las retinas de los espectadores, un cambio de mano con el que hilvanó un derechazo con un natural soberbio. Faena llena de técnica e inteligencia, poco a poco el astado sacó la bandera blanca, momento en el que Julián se fue a por la espada, tras un susto en el que casi se lo sube a los lomos tomó de nuevo la espada enterrándola hasta los gavilanes, lo que le permitió cortar la tercera oreja de la tarde.

Cerraba el cartel Cayetano al que le falta un triunfo en un coso de relevancia para dar el empujón a su carrera que no termina de despegar. El tercer toro de la tarde, un colorado espectacular que se vino abajo muy pronto y con el que Cayetano no pudo hacer nada. Lo mejor de su actuación, la espada. Al sexto no lo quiso ni ver, y tras un par de miradas del astado de Garcigrande tomo las de Villadiego y fue a por la espada con la que esta vez no estuvo acertado.

Lleno, en tarde gris. Toros de Garcigrande, desiguales de presencia y juego. Destacó la encastada embestida del segundo de la tarde.

Enrique Ponce, silencio y silencio

Julián López "El Juli",dos orejas y oreja

Cayetano, silencio y silencio


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