Abría el cartel de novilleros Cristian Escribano, que tuvo ante el primero de la tarde la ocasión de tocar pelo, pero su fallo a la primera con la espada le privó de cortar una oreja. En esa faena estuvo muy templado, pero con numerosos altibajos que no terminaron de meter a los espectadores en la labor, la frialdad del novillero y que era el primero de la tarde hicieron la faena un poco pesada. El cuarto fue un novillo desrazado y sin fuerza alguna. Lo mejor, una tanda de naturales.
El segundo de la tarde fue el que más se movió de salida y cayó en las manos de Thomas Duffau, que conectó rápido con los tendidos gracias al saludo rodillas en tierra con dos largas cambiadas. Pero su labor fue a menos y no terminó de llegar a los espectadores que para colmo tuvieron que ver el sainete del galo con la espada. El quinto de la tarde fue un toro manso al que consiguió someter el diestro apoderado por Simón Casas. Tiró de una poderosa técnica para la edad del novillero, pero no le ayudó nada el astado de La Quinta que se vino arriba con el paso de los minutos y puso en apuros al francés, de nuevo, con la espada.
El triunfador de la tarde y que muy probablemente será el del Zapato de Oro fue Damián Castaño, que está protagonizando un gran final de temporada tras su paso por el coso de Las Ventas. El tercero de la tarde fun toro al que saludó también rodillas en tierra pero al que toreó con gran clase en un quite por tafalleras. Ya con la muleta ambos se entendieron enseguida, y el salmantino con las zapatillas atornilladas en el albero le cuajó dos tandas de naturales de una magnifica estampa, con hondura y recorrido. Una buena estocada le permitió cortar una oreja de mucho peso. Pero el lío gordo llegó en el que cerraba plaza, Damián cortó una oreja que debieron de ser dos si el palco hubiera actuado logicamente. Fue una faena de dos orejas ante un astado de La Quinta de mucha bravura al que le dio todas las facilidades en una faena de mano baja. Estuvo rotundo Damián, con series por ambos pitones, en la que destacó una tanda de naturales de auténtico cartel de toros. La rubrica fue un tremendo espadazo que hizo que cortara una oreja con dos vueltas al ruedo premio que también mereció el astado de La Quinta.
Novillos de La Quinta, correctos de presentación. Manejables en conjunto. Destacó el tercero, de importante juego, ovacionado. Cuarto, flojo y deslucido. Quinto, encastado y con genio. Sexto, bravo.
Cristian Escribano, silencio y silencio tras aviso.
Thomas Dufau, silencio y saludos tras aviso.
Damián Castaño, oreja y oreja con petición de la segunda y dos vueltas.
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