El diestro albaceteño Rubén Pinar ha cortado dos orejas de peso en la feria de Logroño y le ha conseguido mojar la oreja al todopoderoso Julián López "El Juli".
Abría plaza Enrique Ponce, que no tuvo la mejor tarde, con el primero optó por abreviar, pero cuando se abrevia con un toro hay que estar mucho más fino con los aceros, sino los tendidos se enfadarán con razón. El cuarto fue un manso de libro pero que desarrolló genio con el paso de la lidia, de nuevo macheteo y a por la espada.
Abría plaza Enrique Ponce, que no tuvo la mejor tarde, con el primero optó por abreviar, pero cuando se abrevia con un toro hay que estar mucho más fino con los aceros, sino los tendidos se enfadarán con razón. El cuarto fue un manso de libro pero que desarrolló genio con el paso de la lidia, de nuevo macheteo y a por la espada.
El Juli pudo salir a hombros de haber estado acertado con los aceros. El segundo de la tarde se definió una vez que El Juli se quedara mano a mano con él. Tras un inicio en favor del astado de Victoriano del Río, desarrolló todo su mejor toreo, con dos series ligadas, templadas y muy cuajadas. Una gran tanda de naturales puso el coso de La Ribera boca a abajo. Una auténtica lección de torería. Cuando el toro se acabó, Julián acortó distancias y tiró de repertorio para que la faena no fuera a menos, un bajonazo acabó con la vida del de Victoriano, lo que hizo que el palco negara el doble apéndice a Julián, que se tuvo que conformar con una oreja de peso. Al quinto le intentó hacer faena pero cuando Julián le bajaba la mano el astado se venía abajo, lo que obligó al madrileño a templarle la embestida y tocarle con suavidad. La faena fue de aúpa, pero con el trofeo en la mano fallo con los aceros y su tributo fue una rotunda ovación de los espectadores.
Rubén Pinar cortó una oreja a cada uno de sus antagonistas. El tercer toro de la tarde fue un toro algo descastado y desarazado pero tuvo un pitón extraordinario en el lado diestro. Le basó la faena en ese pitón, ya que al natural la faena bajó de intensidad. Cuando el astado se agotó, Rubén tiró de repertorio para animar a los tendidos y cortar una oreja tras un gran volapié. El sexto de la tarde fue un astado complicado, que también tuvo un buen pitón diestro, y por el que se lució Pinar. Una estocada algo desprendida le permitió cortar el segundo apéndice y salir a hombros del coso de La Ribera.
Rubén Pinar cortó una oreja a cada uno de sus antagonistas. El tercer toro de la tarde fue un toro algo descastado y desarazado pero tuvo un pitón extraordinario en el lado diestro. Le basó la faena en ese pitón, ya que al natural la faena bajó de intensidad. Cuando el astado se agotó, Rubén tiró de repertorio para animar a los tendidos y cortar una oreja tras un gran volapié. El sexto de la tarde fue un astado complicado, que también tuvo un buen pitón diestro, y por el que se lució Pinar. Una estocada algo desprendida le permitió cortar el segundo apéndice y salir a hombros del coso de La Ribera.
Viernes 24 de Septiembre. 6ª de San Mateo. Tres cuartos de plaza.
Toros de Victoriano del Río y de Toros de Cortés, (3º, 5º y 6º), correctos de presencia y de dispares hechuras. Encastado y de buen juego el 2º; nobles 3º, 5º y 6º, aunque más medidos de raza. Mansos y deslucidos 1º y 4º.
Enrique Ponce, silencio en ambos.
El Juli, oreja y saludos.
Rubén Pinar, oreja y oreja.
Toros de Victoriano del Río y de Toros de Cortés, (3º, 5º y 6º), correctos de presencia y de dispares hechuras. Encastado y de buen juego el 2º; nobles 3º, 5º y 6º, aunque más medidos de raza. Mansos y deslucidos 1º y 4º.
Enrique Ponce, silencio en ambos.
El Juli, oreja y saludos.
Rubén Pinar, oreja y oreja.
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