La tarde de hoy ha terminado sin orejas cortadas por los matadores por el mal empleo de los aceros, ya que los tres matadores pudieron cortar una oreja por coleta de haber acertado en sus primeras intentonas frente al primero, tercero y quinto de la tarde. Los toros de Celestino Cuadri no han colaborado en exceso con la terna, salvo el primero y el tercero de la tarde que fueron los tres toros mas agradecidos. El lote de López Chaves, segundo y quinto, fueron los más complicados.
Abría el cartel el diestro murciano Rafaelillo que ha tenido dos toros bien distintos, un toro agradecido y uno complicado de verdad. Recibió al que abrió plaza con una larga cambiada y tras una penosa lidia de su cuadrilla en el terco de banderillas, el murciano se plantó ante el astado de Cuadri dejando dos buenas tandas de naturales, con tres pases en concreto, largos, templados y con mucho mando. Fue una faena emocionante en la que el diestro se impuso con sobriedad a un toro noble que tuvo el defecto de la falta de fuerza. Tras un buen final con una tanda de derechazos se fue a por la espada con la que falló, la espada le hizo guardia, tres descabellos y un aviso, el diestro vio su labor silenciada. Frente al cuarto de la tarde estuvo digno. Un toro que desde el inicio echaba las manos por delante llegó noble, como un borrego y practicamente sin fuerza, pero que nunca llegó a los tendidos. En el momento que Rafaelillo vio que no tenía dimensión la faena, le dio tres muletazos por bajo que hicieron que le toro cayera al suelo y él se marchó a por la espada. Dejó una buena estocada que no le hizo practicamente efecto y se vio obligado a descabellar.
El diestro de Ledesma, Domingo López Chaves ha tenido una más que digna actuación al sortear el peor lote de la tarde. Ninguno de sus antagonistas le ayudó en ningún momento. El primero fue un toro incómodo para ser toreado con el capote. Llegó a la muleta sin fuerzas tras ser fuertemente picado y en la muleta embestía sin gracia ni clase, destacando la nobleza del astado y la disposición de Mingo. Falló con la espada y escuchó palmas de los tendidos. El quinto de la tarde fue un con cierto peligro, que desarrolló genió en ciertos pasajes de la faena. Pero Domingo lo supo entender a la perfección dándole las distancias que pedía el astado de Cuadri, un toro pegajoso y complicado, que sólo embestía para los adentros dándo ciertos apretones que López Chaves aguantó. Cuando parecía que tenía la oreja cortada se fue a por la espada, dejándo innumerables pinchazos tanto con la espada como con el descabello, para colmo se le salió el hombro en el tercer intento con la espada imposibilitando la labor del diestro que fue pitado por parte del respetable.
La otra oreja que se pudo haber cortado esta tarde en Zaragoza iba a parar a manos del leonés afincado en Salamanca, Javier Castaño se quedó en el limbo por el fallo con la espada en el tercero de la tarde. En el tercio de banderillas se desmonteraron los miembros de la cuadrilla por una actuación soberbia con los rehiletes. Lo mejor fue el inicio en los medios recibiendo al toro toreando en redondo en una serie templada y con cadencia, después tras dar dos buenas tandas por el lado derecho a un toro con transmisión, nobleza y recorrido decidió probarlo por el izquierdo, por ese lado tuvo menos clase y a pesar de ello, le recetó una tanda larga de naturales que cambiaron el sentido de la faena. Después decidió acortar las distancias y meterse entre los pitones del toro, un buen circular invertido y un arrimón valeroso del salmantino-leonés fueron el epílogo de la faena. Pero con la espada falló entrando dos veces a matar y teniéndo que descabellar. El sexto fue un toro con peligro que acortaba el viaje y buscaba hacer presa, desarrolló sentido rápido y tras un par de tandas decidió ir a por la espada.
Abría el cartel el diestro murciano Rafaelillo que ha tenido dos toros bien distintos, un toro agradecido y uno complicado de verdad. Recibió al que abrió plaza con una larga cambiada y tras una penosa lidia de su cuadrilla en el terco de banderillas, el murciano se plantó ante el astado de Cuadri dejando dos buenas tandas de naturales, con tres pases en concreto, largos, templados y con mucho mando. Fue una faena emocionante en la que el diestro se impuso con sobriedad a un toro noble que tuvo el defecto de la falta de fuerza. Tras un buen final con una tanda de derechazos se fue a por la espada con la que falló, la espada le hizo guardia, tres descabellos y un aviso, el diestro vio su labor silenciada. Frente al cuarto de la tarde estuvo digno. Un toro que desde el inicio echaba las manos por delante llegó noble, como un borrego y practicamente sin fuerza, pero que nunca llegó a los tendidos. En el momento que Rafaelillo vio que no tenía dimensión la faena, le dio tres muletazos por bajo que hicieron que le toro cayera al suelo y él se marchó a por la espada. Dejó una buena estocada que no le hizo practicamente efecto y se vio obligado a descabellar.
El diestro de Ledesma, Domingo López Chaves ha tenido una más que digna actuación al sortear el peor lote de la tarde. Ninguno de sus antagonistas le ayudó en ningún momento. El primero fue un toro incómodo para ser toreado con el capote. Llegó a la muleta sin fuerzas tras ser fuertemente picado y en la muleta embestía sin gracia ni clase, destacando la nobleza del astado y la disposición de Mingo. Falló con la espada y escuchó palmas de los tendidos. El quinto de la tarde fue un con cierto peligro, que desarrolló genió en ciertos pasajes de la faena. Pero Domingo lo supo entender a la perfección dándole las distancias que pedía el astado de Cuadri, un toro pegajoso y complicado, que sólo embestía para los adentros dándo ciertos apretones que López Chaves aguantó. Cuando parecía que tenía la oreja cortada se fue a por la espada, dejándo innumerables pinchazos tanto con la espada como con el descabello, para colmo se le salió el hombro en el tercer intento con la espada imposibilitando la labor del diestro que fue pitado por parte del respetable.
La otra oreja que se pudo haber cortado esta tarde en Zaragoza iba a parar a manos del leonés afincado en Salamanca, Javier Castaño se quedó en el limbo por el fallo con la espada en el tercero de la tarde. En el tercio de banderillas se desmonteraron los miembros de la cuadrilla por una actuación soberbia con los rehiletes. Lo mejor fue el inicio en los medios recibiendo al toro toreando en redondo en una serie templada y con cadencia, después tras dar dos buenas tandas por el lado derecho a un toro con transmisión, nobleza y recorrido decidió probarlo por el izquierdo, por ese lado tuvo menos clase y a pesar de ello, le recetó una tanda larga de naturales que cambiaron el sentido de la faena. Después decidió acortar las distancias y meterse entre los pitones del toro, un buen circular invertido y un arrimón valeroso del salmantino-leonés fueron el epílogo de la faena. Pero con la espada falló entrando dos veces a matar y teniéndo que descabellar. El sexto fue un toro con peligro que acortaba el viaje y buscaba hacer presa, desarrolló sentido rápido y tras un par de tandas decidió ir a por la espada.
Zaragoza. Jueves 14 de Octubre. 8ª del Pilar. Media plaza.
Toros de Celestino Cuadri, de bellísima estampa y presentación pero de juego desigual. Nobles y buenos el primero y tercero. Soso el segundo de la tarde. Cuarto, quinto y sexto complicados.
Rafaelillo, silencio tras aviso y palmas.
Domingo López Chaves, palmas y silencio tras aviso.
Javier Castaño, ovación y silencio.
Toros de Celestino Cuadri, de bellísima estampa y presentación pero de juego desigual. Nobles y buenos el primero y tercero. Soso el segundo de la tarde. Cuarto, quinto y sexto complicados.
Rafaelillo, silencio tras aviso y palmas.
Domingo López Chaves, palmas y silencio tras aviso.
Javier Castaño, ovación y silencio.
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