Del encierro de Núñez del Cuvillo destacaron dos grandes toros que fueron lidiados por El Juli y Daniel Luque, por contra El Tato no tuvo el mejor lote para reaparecer.
El diestro local que reaparecía en su tierra tras el percance sufrido en Barcelona se las tuvo que ver con un astado que no tuvo fuerza para embestir pero cuando lo hizo, embistió por bajo y con calidad. Mató de una estocada caída y su premio fue una ovación. El cuarto no tuvo embestida alguna, se paró nada más comenzar la faena y fue pasaportado con un indecente bajonazo.
Julián López "El Juli" dejó al segundo de la tarde crudo pero entrando sin clase alguna en la muleta, con la cara suelta pero aún así la fijeza y el temple del astado destacaron por encima de todo. Era un toro que pedía las cosas bien hechas y allí estaba Julián para someterlo por bajo, tapándo defectos y cuajar una faena intensa de mucho poder. Una gran tanda de derechazos puso a los tendidos en pie. Una media estocada le privó del doble trofeo y Julián se tuvo que conformar con un apéndice, eso sí, de mucho peso. El quinto tuvo menos transmisión pero aún así lo llevó embaucado en su muleta logrando cuajar una tanda de naturales perfectos, que hizo que la faena fuera a más, el toro mejoró y Julián lo supo ver, aprovechando las cualidades del jabonero quinto de la tarde con el que falló con la espada perdiendo toda posibilidad de tocar pelo.
Toros de Núñez del Cuvillo, desigual de presentación. Manejable el primero. Encastado el segundo y el tercero que fueron ovacionados.
El Tato, palmas y silencio.
El Juli, oreja y saludos tras aviso.
Daniel Luque, vuelta al ruedo y oreja tras aviso.
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