El diestro de Salteras, Manuel Jesús "El Cid" ha salido a hombros del coso zaragozano de La Misericordia tras cortarle las dos orejas al segundo toro de su lote, en una tarde en la que tres astados de Salvador Domecq permitieron el éxito de El Cid y El Fandi gracias a su nobleza y transmisión.
Abría plaza el sevillano que tuvo la fortuna de enlotar los dos mejores astados. Fue una faena entendida por los espectadores que se dieron cita en el coso zaragozano. La labor era de premio, pero tras media estocada y un descabello, el palco le negó la oreja. El cuarto fue un gran toro, sacando lo mejor que tenía dentro en la muleta, en ese momento Manuel acortó distancias y en ese momento el astado pareció querer rajarse, pero lo supo meter en la muleta sacándole a los medios. Los espectadores estuvieron entregados desde el inicio, no fue la mejor faena de El Cid, con pases a media altura sin terminar de llevar toreado al astado, pero una faena muy a favor del público, rematado con una estocada que le permitieron cortar dos orejas.
El lote de El Fandi fue muy desigual, un astado blando que salió orientado y no se terminó de entregar en ningún momento. Lo mejor de la labor del granadino fue su entrega. Mejor estuvo con el quinto de la tarde, un astado que acortaba en el tercio de banderillas con el que estuvo muy entregado. David empezó rodillas en tierra esperando al astado que se le vino de lejos, metiendo la cara abajo y repitiendo, por esto llegó con facilidad a los tendidos. David expuso mucho y un descuido del granadino el astado se le coló y le dio una fuerte paliza, tras la cual a David se le vio afectado por los golpes pero se puso en pie y cuajó tres buenas series por el lado diestro, con la muleta a ras de albero y pases muy ligados. Pero falló hasta en dos ocasiones con la espada y dio una vuelta al ruedo de mucho peso.
Abría plaza el sevillano que tuvo la fortuna de enlotar los dos mejores astados. Fue una faena entendida por los espectadores que se dieron cita en el coso zaragozano. La labor era de premio, pero tras media estocada y un descabello, el palco le negó la oreja. El cuarto fue un gran toro, sacando lo mejor que tenía dentro en la muleta, en ese momento Manuel acortó distancias y en ese momento el astado pareció querer rajarse, pero lo supo meter en la muleta sacándole a los medios. Los espectadores estuvieron entregados desde el inicio, no fue la mejor faena de El Cid, con pases a media altura sin terminar de llevar toreado al astado, pero una faena muy a favor del público, rematado con una estocada que le permitieron cortar dos orejas.
El lote de El Fandi fue muy desigual, un astado blando que salió orientado y no se terminó de entregar en ningún momento. Lo mejor de la labor del granadino fue su entrega. Mejor estuvo con el quinto de la tarde, un astado que acortaba en el tercio de banderillas con el que estuvo muy entregado. David empezó rodillas en tierra esperando al astado que se le vino de lejos, metiendo la cara abajo y repitiendo, por esto llegó con facilidad a los tendidos. David expuso mucho y un descuido del granadino el astado se le coló y le dio una fuerte paliza, tras la cual a David se le vio afectado por los golpes pero se puso en pie y cuajó tres buenas series por el lado diestro, con la muleta a ras de albero y pases muy ligados. Pero falló hasta en dos ocasiones con la espada y dio una vuelta al ruedo de mucho peso.
El lote de Alejandro Talavante fue imposible. El tercero de la tarde quedo inválido nada más comenzar por estatuarios, quedó dañado primero de los cuartos traseros peor luego se vio afectado de los delanteros. El que cerró plaza tuvo ciertas características positivas, pero aunque Alejandro le pusiera ganas el astado se paró enseguida y la faena fue a mucho menos.
Zaragoza. Domingo 10 de Octubre. 4ª del Pilar. Más de tres cuartos de plaza.
Toros de Salvador Domecq, bien presentados. 1º encastado, ovacionado. 2º sin clase y deslucido. 3º, descastado. 4º, de gran juego, ovacionado. 5º, encastado, aplaudido. El 6º, sin clase.
El Cid, saludos tras aviso y dos orejas.
El Fandi, silencio y vuelta tras aviso.
Alejandro Talavante, silencio en ambos.
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